¿Os acordáis de la teoría del cine y las parejas? Estoy seguro de que tenéis esos principios que en su momento dejé por escrito en este blog, grabados a fuego en vuestras mentes, pero es que mis pensamientos no parecen tener fin y en un día como hoy os voy deleitar con otra de mis peculiares teorías. Sé que a muchos quizás os pueda parecer algo densa y fuera de lugar una exposición tan sólida y argumentada de un tema tan especial como el de la relación entre hombres y mujeres, pero os aseguro que si dedicáis un par de minutos de vuestro tiempo a esta lectura no os vais a arrepentir.
hombres y mujeres de gmol en Flickr
La teoría de la amistad entre hombres y mujeres (o teoría de los 3 grupos).
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el siguiente postulado: la amistad entre hombres y mujeres no existe. Jamás podrá existir una amistad pura y sin ningún resquicio para la duda entre alguien del sexo masculino y alguien del sexo femenino. Muchas veces habremos escuchado en boca de alguna que otra chica frases como éstas:
– Pedro Mikel es muy amigo mío.
– Juliań Aitor y yo somos muy buenos amigos.
Mentira. Esa amistad no es auténtica, es una falsa amistad en todo caso, y por lo tanto, debido a su falsedad, deja de ser amistad. El Cola Cao no es cacao. Sí, es sucedáneo de cacao, es un falso cacao, pero no es y nunca será cacao auténtico. Lo mismo pasa con el tipo de amistad de la que estamos hablando.
Partiendo de este primer principio, que espero hayáis asimilando, sin ni siquiera haberos planteado aún el razonamiento del mismo, os comentaré los diferentes grupos en los que se puede englobar el modo en que interactúan hombres y mujeres hablando en términos de amistad. Trataré de ser lo más explícito posible por lo que espero que podáis los símiles tan gráficos que voy a utilizar en mi exposición. También espero que os riáis aunque sólo sea un poquito.
Grupo 1. Grupo Camilo Sesto.
(«Soy su amigo, quiero ser algo más que eso»)
El hecho de que no exista una amistad auténtica entre un hombre y una mujer viene dado porque el primero siempre va a tener un interés en el segundo que va a ir más allá de la amistad. Un interés que como ya habéis supuesto, mentes enfermas, es básicamente sexual. El hombre desea tener sexo con la mujer, es un hecho, y tantas veces como sea posible, y ése es precisamente uno de los rasgos que nos ha caracterizado desde la época prehistórica. Posiblemente se deba a que los hombres somos simples, adjetivo que habitualmente suele ser empleado por la mujer como arma, o para significar una notable diferencia intelectual. Pero por ahora la ciencia no ha sido capaz de modificar nuestro genoma en un grado tal que pueda modificar este comportamiento. Lo sentimos chicas.
Siempre va a existir esa tensión sexual del varón hacia la mujer, y en un porcentaje muy elevado, que tiende a infinito, la tensión también se produce de manera inversa, aunque ellas intenten disimularlo disfrazándolo de falsa amistad, de colegeo o de manifiesta indiferencia. Siempre, no hay ocasión, ni persona, ni lugar, ni fenómeno metereológico que pueda deshacer este hecho. Está bien, siempre no, hay otros tres grupos en los que nos vamos a apoyar para clasificar las excepciones.
Grupo 2. Grupo Amigos para siempre.
(«Amigos para siempre means you’ll always be my friend»)
El segundo grupo es en el que, como ya hemos encontrado, entran las excepciones más habituales al primer grupo. Estamos hablando de esas personas, o esas situaciones personales que pueden definir a alguien de tal modo que ese interés sexual desaparezca por completo. Son circunstancias que, de pronto pueden hacer que la llama incandescente se apague dejando paso a una insuperable sensación de frío y desidia sentimental, y por supuesto, sexual.
Vamos a enumerar los casos de los que estamos hablando para que podamos visualizar cada una de las situaciones en nuestra vida cotidiana:
– Los «orcos». Lo siento, amiga, pero eres realmente fea, o al menos no eres fea pero tu semblante no entra dentro de mis cánones de belleza y no entrará nunca jamás, ni aunque el resto de la humanidad desaparezca de la faz de la Tierra. Es algo inevitable, si no hay atracción,. no hay atracción, pero por suerte sí podremos mantener con esa persona una auténtica amistad. Es esta la primera de las excepciones.
– Las hijas de Zapatero. Es una vertiente gótica del primer apartado, con todos mis respetos al mundo gótico, metalero y heavymetalero y todas sus vertientes, al que como podéis saber si me conocéis, respeto enormemente. No es porque sean las hijas del presidente del Gobierno, no es tampoco porque no lleven unos atuendos acordes a la categoría del acto social y político al que acudieron. Es que… míralas!
– Enfermedades infecciosas (a poder ser venéreas). Si tienes sífilis, da por hecho que nunca serás mi tipo. Por muy guapa que seas siempre existirá un resquemor, una tirantez, un magnetismo invertido que hará que no sólo te desee sino que me aleje de ti lo más posible. Eso sí, siempre podrás ser mi amiga, my friend, o mejor dicho my penfriend, para evitar un poco más si cabe el riesgo de contagio.
– Tienes «chucho». Tener «chucho» no significa tener una mascota en casa o ser un buen amigo de los animales (¿es posible la auténtica amistad entre perros y personas?). Lo que significa es que hay alguien vigilando tu compromiso sentimental, bien sea un marido, un novio, un amante o un follamigo que es algo que se lleva un montón entre los jóvenes que nos acercamos a los treinta. Hay alguien primero y hay que respetarlo, porque somos personas civilizadas y monógamas.
– Tengo «chucho». Ya hemos definido «chucho» así que os podéis imaginar a qué me refiero. La persona vigilada es aquí el sujeto activo por lo que poco podemos hacer. Aunque queramos no podremos, y aunque podamos y haya algo en nuestro interior que nos oprima en la zona de la entrepierna, también habrá otra cosa llamada amor (asqueroso) que lo hará en el corazón, y es que al final tenemos sentimientos, y somos, básicamente, personas.
Grupo 3. Grupo Arco Iris.
(«First I was afraid, I was petrified»)
Existe otra circunstancia que va a permitir que la amistad pueda surgir, así de repente, como las setas tras un buen chaparrón. Esa circunstancia es la homosexualidad. El hecho de la persona en la que estás interesado, ésa que pertenece a tu «Grupo 1» esté más pendiente de otras posibles integrantes del grupo que de ti hace que te puedas plantear que lo único que puedas conseguir de esa relación sea la amistad, No somos tontos y a estas alturas del siglo XXI ya nadie piensa, o al menos nadie en su sano juicio, que ser gay o lesbiana sea una enfermedad que se pueda curar a base de aspirinas con Coca Cola o de jarabe de palo, por lo tanto, está claro que, y como se suele decir coloquialmente, de donde no hay, no se puede sacar.
A veces es un fastidio tener que conformarse con la amistad cuando lo que buscas es algo más (algo más que eso), pero al menos queda el consuelo de autocomplacerse a sí mismo y pensar que si eso no es posible no es porque tú seas del «Grupo 2» sino por que él o ella pertenece al «Grupo 3».
Conclusiones y excepciones
Si observamos los grupos no son estáticos o al menos las personas que están dentro de ellos. Alguna modificación de las circunstancias del «Grupo 2» pueden hacer que nuestros objetivos cambien. Cuando alguien deja de tener «chucho» pasa automáticamente a formar parte de nuestro primer grupo, cuando nosotros dejamos de estar sujetos al compromiso con nuestra pareja también pasamos a ver a las personas del segundo grupo que nos interesaban como si fueran del primero. incluso la indumentaria simplemente puede hacer que haya movimiento intergrupal, así por ejemplo un generoso escote o unos sugerentes pantalones vaqueros harán que una persona pueda dejar de ser un «orco» para pasar a ser alguien apetecible, alguien con el que no queremos una mistad sino algo más que eso.
Como veis esta teoría cobra fuerza cuántas más veces la lees, y cuanto más la revisas más te das cuenta de que no tiene un sólo resquicio para la duda. Si alguien es capaz de encontrar un punto flaco a la teoría de la amistad entre hombres y mujeres (o teoría de los tres grupos) le reto a que lo plantee en los comentario de esta entrada puesto que estoy convencido de que antes de pulsar el botón de envío verá que lo que está diciendo está de sobra contemplado y puede entrar en alguno de los supuestos.
De todas formas existen dos excepciones que pueden desmoronar cualquiera de los preceptos anteriores. Son circunstancia que están por encima del bien y del mal, y que por su complejidad son incapaces de ser aprehendidas por el ser humano, por inteligente que pueda llegar a ser. La primera de ellas es el alcohol o más bien sus efectos. La segunda, la bisexualidad.
Los efectos del alcohol
Cuando estamos bajo los efectos del alcohol no hay grupos que valgan, todo se desmorona, se desdibuja y se acaba convirtiendo en un único grupo. Podemos encontrar atractivo a un amigo, hacernos amigos del «chucho» que antes era una traba para nosotros, podremos ver la belleza más suprema e inalcanzable en el más mundano de los orcos, o descubrir que tontear con cierto tipo de enfermedades puede ser hasta gratificante. Podemos incluso encontrar la verdadera amistad en alguien que realmente nos interesaba, y respetar a esa persona de una forma que de otro modo, y en otro estado, nunca se nos hubiera pasado por la cabeza. No hay barreras, no hay límites, y todo está permitido, al menos en la cabeza de aquel que se ha bebido hasta el agua de los floreros.
La bisexualidad
Si cambiamos tanto las reglas del juego, yo ya no juego. éste sería claramente un grupo cuarto pero por tener tantas posibles definiciones, variantes y modalidades de interacción entre los sujetos directamente he desistido en su análisis. Si hay alguien que tenga experiencia, o una mente privilegiada para echarme una mano a completar este apartado, que lo haga. O que lo intente, porque realmente es un jaleo muy pero que muy importante.
He decir para terminar la exposición que, muy probablemente, ésta haya sido hasta la fecha y en los casi tres años de vida que tiene este blog la entrada más extensa que haya escrito. También tengo que dar gracias a Amaia y Laura por el apoyo que me ofrecieron durante la tarde del pasado domingo para completar esta teoría y perfeccionarla hasta un grado que en un primer momento era insospechado. Ha sido un placer escribirla y será un placer para mi que hayáis llegado hasta aquí y me dejéis en los comentarios vuestras impresiones.
Y próximamente, muchas más teorías como ésta en Fernan.com.es.
Mai dice
buenisimo!!estoy totalmente de acuerdo!! no hay ni una palabra que quitar de esta tan extensa teoria….y mi pregunta es:
¿Habrá segunda parte?…
Laura dice
Me encanta, me encanta!!! yo quiero ser algo mas q eso, CAMILO SESTO!
Lorennnnn dice
Totalmente de acuerdo en todo!!
Una pena que no hayas analizado el grupo de la bisexualidad!!!
David dice
Lo que Loren no sabe es a qué dedicamos los ratos de ensayo de los Inner…
…guapetón… ;P
Ido dice
Anoche me meti ya mas tranquilita a la cama, que maravilla!!!tenia un lio..jeje necesito tener una continuación de esta teoria, esto es como las series, engancha!!!
Proximos capitulos la bisexualidad xfavor. ;-)
Amaia dice
…no tengo palabras…has parido, no una teoria, sino LA teoria!!
que grande!!!
Fernan dice
Gracias por los comentarios a tod@s, se ve que os la habéis leído de cabo a r**o.
Por la oficina ha habido alguna discrepancia que otra sobre la teoría, cosa que no entiendo. En cualquier caso ha generado polémica, cosa que me encanta. Sí!
Prepararemos la continuación, de eso no cabe la menor duda.
edurne dice
Y tú quien eres para juzgar lo que dos seres libremente pueden decidir en sus vidas? Parece que estés resentido. No puedes hacer una clasificación de personas, sin tener respeto por ellas. No es que me guste personalmente la pinta de las hijas de ZP, ni tampoco que yo sea del PPSOE. Pero haces críticas destructivas de muchos colectivos sociales, quitándote el muerto de encima diciendo «con todo el respeto» y pretendes que la teoría sea seria? Contrastada? Madre miaaaaaaaaaaa, risa tendran los sociólogos con tu teoríita….
Fernan dice
@edurne, en primer lugar gracias por tomarte la molestia de leer mi artículo y además comentarlo. Se agradece, en serio.
Por otro lado pedirte que no te lo tomes de una manera tan airada, no estoy resentido, todo lo contrario, aunque en tus palabras sí que puedo notar un cierto resquemor.
Disfruta!
Javi dice
¡Edurne! Si estás buena, no dudes en llamarme para lo «único». Si no eres guapa, siempre podemos ser amigos… para que me presentes a tus amigas!, que seguro que hay alguna que está buenorraaa…!!! (no importa que tengan novios)
Anna Maria dice
Me gusto mucho estoy totalmente de acuerdo a pesar de que para mi si existe la amistad por mi parte entre hombres y mujeres, debe ser por qué amo a un hombre en concreto, mi pareja y no me gustaría hacerle daño ni tan solo me fijo en otros hombres
SLAUC dice
¡Qué risas me he echado las tres veces que lo he leído!, muy bueno y tienes toda la razón. Siempre he pensado que la amistad pura entre hombre y mujer es imposible, al menos en mi caso es así, siempre hay tensión sexual por medio. Justo ahora me está pasando, y tengo claro que no irá a más por las circunstancias («chuchos» en este caso), pero no por falta de ganas.