Como algunos de vosotros ya sabréis, sobre todo aquellos que estáis suscritos a este blog, me seguís a través de las redes sociales, o me conocéis en persona, desde el pasado 29 de febrero he empezado a trabajar desde casa. Aunque hablaré de ello más detenidamente en futuros artículos, os puedo resumir que he pasado de trabajar en una oficina al uso, donde llevaba casi diez años de manera ininterrumpida para comenzar una nueva aventura, en la cual he decidido trabajar en lo que más me gusta, y desde mi propio hogar.
Como habréis podido calcular ha pasado ya más de un mes completo, y algunos días más desde que comencé este nuevo proyecto, y creo que ha pasado el tiempo suficiente como para que, desde mi experiencia personal, os pueda hablar de lo que supone trabajar desde casa y romper con lo que habitualmente se entiende como establecido que es trabajar en una oficina.
Comenzaré dando algunos consejos para todo aquel que, como yo, se haya planteado la situación de emprender una actividad laboral desde su propio domicilio. Son cosas básicas, algunas seguramente se os habrán pasado por la cabeza antes, pero espero ponerlas aquí de manera ordenada para que podáis comprobar si realmente seréis capaces de cumplirlas.
10 consejos para comenzar a trabajar desde casa
1. Reserva una habitación como despacho
Es muy importante que tengas una habitación reservada para uso exclusivo, que sea tu despacho y que la utilices única y exclusivamente para trabajar. Huye del comedor, del dormitorio o de cualquier otra habitación de la casa reservada para otros usos.
La razón por la cual debes realizar esta división es porque es la única manera de que tú mismo puedas centrarte y cambiar el chip a la hora de ponerte a trabajar. Por ejemplo, en el salón ves la televisión, hablas con tu familia, recibes a tus visitas y mil cosas más. Es muy fácil de esa manera que te despistes y te pongas a hacer otras cosas, o que alguien te pueda interrumpir durante tus horas de trabajo.
Si no puedes tener una habitación en exclusiva, al menos intenta que sea lo más amplia posible y que dentro de ella no haya cosas que puedan necesitarse durante varias veces al día. Un mueble con ropa de diario y artículos de aseo por ejemplo no sería una buena idea, y mucho menos una despensa, pero un armario donde guardas la ropa de otras estaciones, documentos, o trastos que no usas en el día a día puede ser algo que pueda ser pasable.
Es importante, en cualquier caso, que todo eso no esté a la vista, para que no haya una interrupción en tus tareas aunque sea solamente de manera visual.
2. Márcate un horario y cúmplelo
Es muy fácil que si no llevas un control del tiempo puedas pecar de levantarte un poco más tarde de lo que deberías, o de terminar la jornada de trabajo marcada antes de lo previsto. Si creas una rutina de horarios será más fácil para ti cumplirlo, y más fácil para el resto de la familiar entender cuándo estás y cuándo no estás trabajando.
En mi caso me he marcado el siguiente horario de lunes a viernes. De ocho de la mañana a tres , y de cuatro a seis, lo que hacen un cómputo de nueve horas diarias, aunque para la hora de comer, las tres del mediodía ya he hecho la gran parte de la jornada laboral estimada para ese día.
No es fácil cumplirlo, es algo que debes saber, hay miles de cosas que te pueden interrumpir o que te pueden hacer querer dedicarte a otras cosas, pero cuanto más estricto seas cumpliendo tus horarios, más productivo serás a largo plazo.
Además, acostumbrarás a tu pareja o las personas que viven contigo a asumir ese horario como algo habitual y que se debe respetar. Si un día trabajas de noche, otro día por la tarde y otro día por la mañana, al final ni tú mismo serás capaz de organizarte, y el resto, no sabrá muy bien si puede molestarte o no porque no conoce realmente en qué franja horaria de trabajo te encuentras.
No te olvides de ser flexible. Si tu pareja trabaja a turnos, quizás puedas hacerlo tú también y compaginar invertir más horas de tu tiempo por la mañana o por la tarde según el horario de trabajo de la otra persona. La flexibilidad es una de las ventajas de trabajar en casa y por tu cuenta, por lo que no deberías desaprovecharlo, y así poder compartir más horas con la persona que vive contigo.
3. Prepara tu mesa de trabajo
Tu mesa de trabajo es tu centro de operaciones, al menos si trabajas como yo, con un ordenador y una conexión a Internet como herramientas fundamentales. Y como centro de operaciones debe estar perfectamente preparado para llevar a cabo tu trabajo.
Una mesa amplia y una silla cómoda son inversiones que vas a tener que realizar para poder desarrollar tus proyectos con comodidad. Un dolor de espalda o el agobio de una mesa donde no entran todas tus cosas no deben ser obstáculos que se te presenten y te impidan terminar tu tarea plenamente centrado si los puedes evitar.
4. Mantén un espacio plenamente iluminado
La luz natural es siempre nuestra mejor aliada para el descanso de nuestra vista. En mi caso, tengo enfrente una amplia ventana que es una auténtica maravilla y que además está muy bien orientada, por lo que puedo disfrutar durante todo el día de mucha luz, vistas a la calle y la sensación de no estar encerrado en un mismo sitio.
En los momentos del día en los cuales no puedas disfrutar de la luz natural que entra por tu ventana, no te olvides de mantener la estancia lo suficientemente iluminada. La luz que sale del monitor del ordenador es fuego para tus retinas, si no está compensado con el resto de iluminación, por lo que no te despistes, y echa mano de la luz artificial antes de que sea demasiado tarde y tengas la vista hecha polvo y la cabeza dando tumbos.
6. Organiza tu trabajo
Eres tu propio jefe y tu propio empleado por lo que eres el único responsable de organizar el trabajo y de llevarlo a cabo para que salga adelante. Es vital en este sentido que utilices cualquier tipo de herramientas o mecanismos que puedan ayudarte a organizar cada una de las labores que tengas que realizar y llevarlas a cabo.
Sobre herramientas online para organizarse hablaré en capítulos futuros, pero por dar unas pinceladas, Google Calendar, Google Drive o Asana, pueden ser herramientas que te salven la vida y te ayuden a recordar cada una de las tareas pendientes, organizarlas, llevarlas a cabo, y echar mano de ellas cuando el tiempo haya pasado y a no te acuerdes donde tenías esos documentos tan importantes.
Y si entramos en el terreno de lo físico, un tablero o corcho en la pared, con esquemas de trabajos a realizar o citas importantes, pueden ser un buen modo de organizar tu semana de manera visual. ¿Por qué no dividir tu tablero en los días de la semana y colgar un post-it con cada una de las tareas importantes que tienes que realizar ese día? Tendrás tu semana organizada de un vistazo, a vista tuya y de los demás.
7. Invierte en herramientas
No es lo mismo un ordenador que enchufas de vez en cuando y al que solo haces caso cuando tienes que imprimir un documento o buscar una reserva de hotel que un ordenador que vas a utilizar durante todo el día, varios días a la semana y para fines laborales. Si ves que ese equipo está empezando a fallar, no lo dudes, y piensa en cambiarlo desde ese mismo momento.
No puedes permitirte el lujo en invertir más tiempo de lo necesario en que un programa se abra o en que un proceso se guarde, al cabo del día, esas operaciones repetitivas y que se están demorando pueden suponer un tiempo precioso que podías haber invertido en haber conseguido una mayor productividad de tus horas de trabajo.
Ten en mente, que el gasto en equipo informático es una inversión. Según el trabajo que desarrolles quizás no necesites tener el último modelo y más innovador de smartphone o tablet, o tener el ordenador más potente del mercado, pero si debes asegurarte de que funcione a pleno rendimiento.
En mi caso, te puedo contar que estoy en proceso de renovación de mi actual MacBook por un nuevo MacBook Pro. El pobre ha dado todo de sí y ha funcionado a pleno rendimiento, pero de un tiempo a esta parte ni la batería ni la capacidad de procesamiento está al nivel que me gustaría, y aunque podría valer para poder realizar algunas tareas, no lo veo adecuado para estar más de ocho horas al día en constante funcionamiento.
8. Programa tus pausas y no te las saltes
Si alguna vez has hecho deporte de manera más o menos asidua sabrás que el descanso es fundamental para cualquier atleta. Y en el trabajo ocurre exactamente lo mismo. Cuando llevas varias horas trabajando pierdes la perspectiva de lo que estás haciendo, pierdes el foco, y aunque creas que estás siendo muy productivo puede suceder justamente lo contrario, que quemes horas, pero estés trabajando en la línea equivocada o afrontando un problema desde un punto de vista erróneo.
Es importante que hagas pausas durante tu jornada diaria. A veces, tomar un café, tomar un aperitivo, o bajar a comprar algo al mercado, puede suponerte tan solo diez minutos de tu tiempo, pero sin embargo hacer que cuando vuelvas a sentarte de nuevo en tu mesa de trabajo, veas las cosas desde otra perspectiva y afrontes lo que estabas haciendo de una manera más acertada.
Sí que es importante que esas pausas las tenga más o menos fijadas, y que controles el tiempo que te van a llevar para que el descanso no se convierta en una evasión completa y pasen horas en lugar de minutos.
9. Comparte tu trabajo
Puede parecer obvio, pero es algo beneficioso para tu vida personal, y es una oportunidad que no puedes dejar escapar. Habla con tu pareja de tu trabajo, de tu proyecto, de lo que has hecho o de lo que vas a hacer durante el día o la semana. Es la persona que mejor te conoce, y te dará un punto de vista diferente sobre lo que estás haciendo, te ayudará a ver cosas que quizás tú no veías, y además, contar a lo que te dedicas, ayudará a que pueda entender mejor lo que haces y se involucre más en tu proyecto personal.
Tener a alguien en casa de manera continúa puede ser una situación complicada, debes tratar de reservar tiempo para ti, y que cada uno se reserve tiempo para uno mismo, pero si además nadie sabe lo que estás haciendo es mucho más difícil que se pueda entender eso que haces y a lo que dedicas tantas horas.
Habla con tu pareja sobre tu trabajo, y no te olvides de escuchar y participar en los suyos del mismo modo.
10. No te olvides de salir a la calle
Cuando te gusta tu trabajo, quieres terminar lo antes posible todas las tareas que te has marcado y estás buscando ser lo más productivo posible puedes caer en la tentación de que pasen los días y ni siquiera hayas salido de casa. Eso es algo muy perjudicial, incluso diría que para tu salud. Sal a la calle a diario, aunque sea a dar un paseo o hacer cualquier recado, toma el aire, disfruta de tus amistades y de tu familiar, y trata de reservar un tiempo al día que te sirva para evadirte de todo lo relacionado con el trabajo.
Si haces algo de deporte, mejor que mejor, esa salida a la calle no solo te servirá para desconectar, sino también para cuidar tu cuerpo y para liberar cualquier tipo de tensión acumulada. En este sentido, me he puesto como objetivo salir a correr tres veces por semana, y la verdad es que no lo he podido cumplir durante el mes de marzo, pero sirva este texto para dejarlo por escrito y obligarme a cumplir mis objetivos.
Por muy importante que sea lo que tienes entre manos, siempre hay un momento en el que debes obligarte a parar y desconectar por completo de lo que estás haciendo. Eso es algo que a la larga, si no lo controlas, lo puedes llegar a pagar.
¿Te has quedado con ganas de más?
Como siempre en este blog, los comentarios están abiertos para todo aquel que quiera dar su opinión, ¿Se te ocurre algún consejo más fundamental para todo aquel que quiera trabajar desde casa? ¿Crees que me equivoco en algo de lo que esto diciendo? Adelante, este blog también es tuyo.
Maider y su Patio dice
Fernan! Muy buenos consejos, yo también me he propuesto una nueva etapa laboral, apta con la conciliación, y también trabajo en casa.
Para mi ha supuesto una liberación y magnífico para toda la familia.
Te sigo por las redes porque tenemos cosas en común.
Gracias por los consejos.
Un abrazo!
keopx dice
Pomodoro puede ser un buen método para marcarte descansos.
Evita interrupciones internas, si necesitan que hagas algo en casa, que no sea abriendo la puerta. Usa herramientas como Telegram, parece extremo? si, pero no lo es, a la larga agradecerás esas cosas que hacen que no rompan tu flujo.
Usa herramientas tipo slack o hipchat donde la gente pueda visualizar que estas haciendo. Ponlo en mute y solo acepta menciones o pm (private message), pero que no sean rutina, eso solo para casos que necesiten atención inmediata, sino mejor en el general o correo, que son menos intrusivos.
Esto es un proceso que poco a poco la gente se va habituando.
Fernan dice
Hay mucha parte de enseñar a respetar tus horarios de trabajo. Si alguien está en una oficina o en cualquier otro centro, a nadie se le ocurre llamarle cada cierto tiempo para cosas que no sean verdaderamente importantes, al final va un poco en la línea de eso.
Buenos consejos los que añades Keopx, ¡muchas gracias!