Hay una especie despreciable de viandantes desaprensivos y descarados que debería desaparecer de la faz de la tierra en este mismo momento. No hablo de esos peatones que viendo que no hay un sólo automóvil circulando en la lejanía corren el prácticamente inexistente riesgo de cruzar la acera aún estando el semáforo en rojo para ellos. Eso lo hemos hecho todos en alguna ocasión.
Paso de cebra eterno de Loretahur en Flickr
Hablo de esos valientes hijos de mala madre que sabiendo que tú, como conductor, no estás tan desquiciado como ellos, se creen con carta blanca para cruzar por donde les parezca oportuno habiendo o no habiendo paso de cebra, y en el caso de existir tal señalización nunca lo hacen con el semáforo en verde. Con su semáforo en verde, se entiende. Se deben pensar que son invencibles, con una fuerza sobrehumana que les hace indiferentes al respeto que impone un vehículo en movimiento y a la posibilidad de ser atropellados. Sin mirar a ambos lados de la carretera, con una velocidad absurda [wiki], y cubiertos con un halo de desgana para con el mundo automovilista, piensan que son los únicos a este lado de la carretera.
Propongo que en las fiestas patronales de cualquier municipio con al menos un par de pasos de cebra y un cruce con semáforo, se atropelle públicamente a uno de estos individuos como medida ejemplarizante. El atropello, eso sí, debería ser flojito, como si se tratara solamente de un susto de los gordos, porque rebajarse al asesinato no sería demasiado ético, pero tendría que servir al menos para que a unos cuantos peatones se les quiten las ganas de cruzar con su semáforo en rojo. ¿Alguien más está conmigo?
David dice
¡¡Siiií!! ¡Que comience una total devastación de gentuza!