Sentirse fuera de lugar. Ésa es una sensación que a buen seguro nos ha tocado vivir a todos en algún momento de nuestras vidas. En muchas ocasiones, podemos asociar este sentimiento a una etapa de nuestras vidas, como por ejemplo la de nuestra formación educativa, bien sea universitaria, o de cualquier otra índole. En otras ocasiones, el sentimiento se asocia a un lugar, o a unas circunstancias como bien podría ser el entorno familiar o el ámbito laboral.
Obviamente no resulta agradable encontrarse en esa situación y darse cuenta de que no pertenecemos a a ese sitio del cual nos gustaría formar parte, a ese lugar en el que anhelamos participar activamente. Es cierto que ésta es una sensación subjetiva en la totalidad de los casos, y por lo tanto no es algo que externamente y de manera objetiva deba manifestarse.
Pensemos por ejemplo en un instituto cualquiera, de cualquier ciudad del mundo, donde uno de los alumnos en algún momento del curso se pueda sentir distanciado de sus compañeros. Puede tener la sensación de que no es tenido en cuenta por el resto de la clase a al hora de participar en alguna actividad relacionada con los estudios, o incluso puede pensar que ése no es el sitio en el que debería estar, que debía haber empezado a relacionarse con otro tipo de compañeros, o estudiar una rama diferente en su bachillerato. ¿Es algo de lo que debamos responsabilizar a su entorno? ¿Se trata de una situación de la que el protagonista es el único responsable? Muchas veces, por no decir todas, no debemos buscar a un único agente causante de una situación que en este caso podríamos denominar de exclusión, sino, más bien, la opción más acertada sería tratar de ubicar esa problemática dentro de un contexto en el que puedan participar diversos factores que la hayan podido originar bien de una forma activa o pasiva. No siempre somos quienes originamos un desenlace, a veces la propia vida nos lleva a un lugar que nunca hubiéramos podido ni siquiera imaginar.
Edificio JET LAG BIO de Jet Lag Bio en Flickr
Jet Lag Bio es una iniciativa social y cultural, que el Ayuntamiento de Bilbao lleva desarrollando desde hace dos años, mediante la cual se trata de ofrecer unas alternativas de ocio a un colectivo de jóvenes que durante años estaba siendo excluidos de la intervención municipal en cuanto la oferta de actividades lúdicas y culturales en cualquiera de sus ramas. No estamos hablando aquí de un grupo de exclusión social como podríamos haber deducido según el ejemplo anterior, sino q e se trata de jóvenes que bien, por ser demasiado mayores, o por ser demasiado jóvenes, valga la redundancia, no habían encontrado hasta ahora una serie de actividades desde el sector púbico en las cuales pudieran participar de una forma activa e involucrándose en base a preferencias y gustos personales.
46Street Rollerblading1 de Jet Lag Bio en Flickr
Puede parecer fácil satisfacer a un colectivo infantil donde las exigencias son muy bajas, y cuando hablamos de un público adulto, la solvencia económica y el propio interés de este colectivo hacen que la intervención del Ayuntamiento para cubrir carencias en cuanto al desarrollo no sea tan necesaria. Pero parece como si en algún momento nos hubiéramos olvidado de los jóvenes, como si de algún modo les hubiéramos excluido socialmente. ¿Qué oferta pública y gratuita desde los municipios hay para nosotros, dirigida y enfocada exclusivamente a gente de nuestra edad? Se nos pide que abramos nuestra mente, que aprendamos, que evolucionemos, pero ¿existen alternativas culturales, artísticas, musicales o lúdicas a las que podamos acudir sin sentirnos fuera de lugar?
39Be careful3 de Jet Lag Bio en Flickr
Es momento de que podamos encontrar nuestro sitio, momento de que podamos disponer de un lugar de encuentro donde no tengamos que sentirnos excluídos, donde no tengamos la sensación de estar fuera de lugar, y es ahí donde entra Jet Lag Bio, un conjunto de actividades y festivales hechos para los jóvenes y hechos por los jóvenes que somos los que podemos mejor que nadie saber qué es lo que realmente queremos y necesitamos. Son dos años ya, pero esta iniciativa para largo, porque en primer lugar se está haciendo algo nuevo que antes no se hacía, o al menos no con un objetivo tan definido, y la respuesta está siendo la esperada porque el público a quien va dirigido no lo ve como algo ajeno, ni como algo impuesto, sino como un movimiento en el cual puede participar activamente.
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