París, capital de Francia y «ciudad de la luz» desde que Luis XVI ordenara colocar unos 3000 linternas por toda la ciudad, siempre ha tenido su encanto. Monumentales edificios, inmensas avenidas y el recuerdo de la que fue y sigue siendo una de las ciudades más importantes de Europa tanto en lo cultural como en lo político. Una ciudad de obligada visita dentro del conjunto de grandes capitales europeas que además cuenta con muy buenas combinaciones para llegar hasta a ella tanto por aire como por tierra.
Es cierto que en ocasiones he tratado de ofrecer en este blog recursos para organizar viajes a través de Internet, pero nunca he hablado en detalle de ninguno de los que he hecho. En esta entrada retomo el tema viajero y trataré de resumiros los cinco días que pasé en París el pasado mes de diciembre junto con Laura, mi novia, esperando que os sirva para organizar vuestro viaje si estáis pensando en visitar esta ciudad en los próximos días. También de este modo yo podré recordar con unas semanas de retraso ese fantástico viaje. Me limitaré a enumerar y detallar algunos de los lugares que tuve la ocasión de visitar, y que, por otro lado, también considero que también son los más dignos de ver, algunos de ellos probablemente imprescindibles si pasamos más de un día en tan majestuosa ciudad.
¿Qué ver y disfrutar durante un fin de semana en París?
Torre Eiffel
No es necesario decir que la Torre Eiffel es el monumento más emblemático no sólo de París, sino de toda Francia y probablemente también de Europa entera. Quizás su atractivo inicial sea en ocasiones algo cinematográfico, pero cuando estás contemplándolo desde el suelo a tan sólo algunos metros te das cuenta de lo inconmensurable que puede llegar a ser semejante armazón de hierro que se eleva hasta más de 300 metros sobre el suelo.
Merece la pena subir hasta la cima en uno de los ascensores disponibles, no sólo por las magníficas vistas sino por la experiencia de poder disfrutar de lo más alto de ese edificio. La simple subida en el ascensor ya es emocionante.
Arco de Triunfo y Campos Elíseos
El Arco de Triunfo de París fue construido por orden de Napoleón a principios del siglo XIX para homenajear a sus tropas. Este arco es el majestuoso inicio de los Campos Elíseos, una inmensa avenida llena de grandes tiendas y galerías comerciales donde las firmas más importantes del mundo se dan cabida. Una avenida no apta para bolsillos humildes, pero sí para miradas curiosas.
Catedral Notre Dame
La Catedral de Notre Dame es una impresionante catedral de estilo gótico construida entre 1163 y 1345 y que situada en la orilla del Sena ofrece unas vistas increíbles desde cualquiera de sus fachadas. Una vez dentro, obviamente no defrauda, más aún cuando tuvimos la suerte de presenciar una misa donde un coro de niños nos obligaron a estar dentro más tiempo del que teníamos pensado y es que escucharles cantar, y en un lugar tan emblemático era algo que no se podía desaprovechar.
Museo del Louvre
El museo del Louvre es probablemente el más famoso del mundo y entre otras cosas porque acoge la pintura más célebre de todos los tiempos, La Gioconda. Pero esta Gioconda de Leonardo DaVinci no me pareció más que una ridiculez comparada con todo el arte que alberga el museo. Se necesitarían días para poder recorrerlo entero y disfrutar al detalle de cada una de sus salas. Pintura, escultura y la propia arquitectura que conforma el Louvre son tres elementos que, aunque no seas un gran aficionado del arte, deberían dejarte cuando menos maravillado.
Montmartre y Basílica del Sagrado Corazón
Montmartre es una colina de unos 150 metros de altura que está coronada por la Basílica del Sagrado Corazón, y dicho así podría no encontrarse nada especial que llamara nuestra atención aparte del funicular que podemos usar para subir hasta lo más alto si queremos evitar el uso de las correspondientes escaleras. Pero nada más lejos de la realidad, en Montmartre nos encontramos con la parte más bohemia de París, y con los famosos pintores que nos detienen por cada esquina para tratar de retratarnos en tan sólo unos minutos. No pudimos evitarlo, y por supuesto ambos caímos en la tentación de ser retratados, y además con un resultado fantástico que algún día publicaré.
Además, al ser época navideña encontramos un mercado con alimentos de todo tipo y curiosidades para comprar que hizo que acudiéramos a este rincón de París un par de ocasiones.
Algunos apuntes
Si queréis tener más información acerca de cómo planear unas vacaciones en Francia, o en París concretamente como es el caso, y sobre todo si se trata de unos pocos días os recomiendo que en primer lugar planeéis el transporte o el vuelo en las fechas y precios que más os convengan, sin descuidar nunca la climatología.
El alojamiento no es tan importante, porque realmente poco vais a pisar la habitación del hotel con tantas cosas interesantes para ver. Y teniendo en cuenta que las líneas de metro en París cubren gran parte del mapa urbano, tampoco es estrictamente necesario que sea algo muy céntrico, por lo que os podréis acomodar en un alojamiento más económico.
En definitiva, una entrada de este blog que recuerda unos días en París dignos de disfrutar y compartir. Si necesitas información adicional, no dudes en escribir un comentario, será siempre bienvenido.
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