Esta semana he visto el primer capítulo de la tercera temporada de Black Mirror. Y no he podido evitar la tentación de hablar sobre mis impresiones después de verlo y la valoración que podemos sacar al respecto.
Este capítulo cuenta la historia de una chica cuyo objetivo en la vida es llegar a ser reconocida por el resto de personas a su alrededor, y conseguir de esa manera un prestigio y estatus social mayor. El componente tecnológico del episodio viene dado porque la historia se sitúa en una sociedad que regula ese reconocimiento a través de un sistema de puntuación entre personas mediante dispositivos móviles que permiten valorar al momento las impresiones que nos ha dado cada persona que nos encontramos diariamente.
Interacción en redes sociales
Un sistema de valoraciones a través de cinco estrellas, que te permite cuando te cruzas con alguien, poder enviarle el número de estrellas, del uno al cinco, que consideras que esa persona merece. Verdaderamente diabólico, sobre todo teniendo en cuenta que esa misma persona que recibe esa puntuación sabe de forma automática quien la ha realizado.
Cuando estaba viendo el episodio, rápidamente me venía a la cabeza el mundo de las redes sociales como Instagram, Facebook o Twitter, donde en muchas ocasiones la forma que tenemos de interactuar se limita a otorgar una calificación de las publicaciones de otros mediante corazones, pulgares arriba y estrellas.
Algo muy similar a lo que se nos presenta en la serie. Es cierto que un gesto tan sencillo y simplificado como ese puede transmitir la valoración y opinión que tenemos de lo que otra persona ha publicado, aunque también es cierto que esa simplicidad puede hacer que se pierdan los detalles de lo que realmente queremos transmitir.
Desde luego una reflexión en ese sentido que se nos presenta en el episodio y que puede hacernos darle una vuelta al modo en el que verdaderamente usamos las redes sociales y lo que puede suponer de perjuicio en virtud de otras relaciones más personales.
En mi opinión creo que las herramientas como tal no son peligrosas ni deberíamos alarmarnos. El único problema está en cómo las usamos. El problema está en nosotros mismos.
Personas influyentes en redes sociales
Otro de los elementos a tener en cuenta en este episodio es consecuencia del primero. El sistema de puntuación, hace que cada persona tenga una nota personal, que además es pública y que le permite, cuanto mayor sea, disfrutar de algunos privilegios en servicios públicos y privados. La protagonista se afana en conseguir ir mejorando su nota media para poder acceder al alquiler de un apartamento en una zona donde reside gente de cierta posición.
Y es aquí donde entra el tema de las personas influyentes, influenciadores o influencers. Una forma de conseguir reputación, reconocimiento y aumentar esa puntuación es conseguir que personas con una nota superior te valoren positivamente. ¿Os suena de algo?
En efecto, si hablamos de marketing online y redes sociales, es un tema que está al orden del día. Si estás montando un negocio online y has consultado alguna vez cualquier blog especializado, libro sobre estrategias de crecimiento, o documento relacionado con el tema de la promoción personal, habrás visto que uno de los puntos a tener en cuenta pasa por entablar contactos con influencers para poder llegar a conseguir que promocionen nuestras publicaciones o nuestros servicios.
Conseguir que una persona relevante hable de ti, te mencione, o te promocione, te abre las puertas a que más gente te pueda llegar a conocer. Si quieres saber un poco más del tema y tener algún técnico de experimentos realizados en este terreno te recomiendo este extenso artículo del blog de Neil Patel.
Pero quizás, es posible que ese tampoco sea el camino correcto. ¿Es realmente la forma correcta de hacer las cosas?
Conclusiones
Personalmente creo que los métodos artificiales y prefabricados no funcionan. Y mucho menos cuando esos caminos buscan llegar a un objetivo basado en las relaciones personales. Si quieres llegar a conseguir que una persona confíe en ti y en tu proyecto, lo primero que debes hacer es precisamente eso. Conseguir que confíe en ti, en tu persona. En tu voz, tu forma de contar las cosas, tu inteligencia y tu presencia, no en tu perfil creado y adaptado para una red social o tu página ‘acerca de’ de tu web.
Esas son las verdaderas relaciones, las que a la larga consiguen que puedas hacer cosas realmente importantes. Cosas que van más allá de conseguir suscriptores para tu newsletter o más tráfico para tu último artículo.
¿Quieres un consejo? Déjate ver, acude a eventos de tu sector, habla con la gente, en persona, con normalidad y sin intención de vender nada ni de venderte a ti mismo. Entabla relaciones a través de las redes sociales, perfecto, es un buen canal para estar comunicado con personas que no puedes ver a diario y con las que te gusta hablar, pero esas relaciones, esos vínculos, esas amistades se acaban forjando en el cara a cara.
Y no te olvides de esto, es en el trato en primera persona donde no solo podrás acercarte a esos influencers con los que quizás estés intentando conectar en este momento, sino donde incluso podrás llegar a convertirte en uno.
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